A ver si nos entendemos. Cuando envié el número cero creía que había dejado claras mis intenciones, pero como la comunicación es un milagro voy a extenderme un poco más sobre el tema.
Nos movemos en el terreno de la anécdota. Uno hace lo que humildemente puede con su esquizofrenia y mal compagina, en la medida que le dejan, las obligaciones con las devociones y las necesidades con las posibilidades. Planteando a menudo una ecuación de imposible resolución.
Aquí, el sujeto receptor, puede ser activo o pasivo, de ti depende. Libremente puedes dirigirte a la papelera de reciclaje y/o a la basura, o hacer lo que tus sensaciones te dicten.
Sin vocación de continuidad ni periodicidad. Mandará el impulso inmediato, como no podía ser de otra forma.
Somos imprevisibles. Así pues, una vez más, el futuro no está escrito.
|